George Marino

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LOS VIEJOS ROQUEROS NUNCA MUEREN / George Marino

Esta sección no siempre recuerda a los músicos famosos que nos acaban de dejar, a veces también nos gusta rendir tributo a gente que trabaja incansablemente en la sombra, y que han hecho tanto o más por la música que los propios artistas. Hoy vamos a recordar a George Marino, un hombre que a poco que tengas cierto gusto por el Rock o el Pop de los últimos 40 años, seguro que tienes su trabajo dentro de alguno de los discos que conforman tu colección musical.

Yo que soy un melómano empedernido y un poco maniático en lo que se refiere a leerme hasta el último detalle de las carpetas interiores de los discos, me di cuenta de que había un nombre que me era muy familiar, y este no era otro que el de George Marino, que se repetía constantemente en muchos de mis discos favoritos de los 70, 80 y 90. Así que siempre que adquiría un nuevo disco y en el interior aparecía su nombre, me sentía más tranquilo, porque sabía que lo que iba a escuchar era sinónimo de calidad y sobre todo, de buen sonido.

George Marino, que además era guitarrista, comenzó trabajando como asistente en los Capitol Studios en 1967, luego fue aprendiz en el departamento de mastering. Más tarde, cuando Capitol Records cerró su estudio de Nueva York, se unió a los estudios de grabación Record Plant, llegando incluso a ser socio. Por estos míticos estudios neoyorquinos pasó la flor y nata de la música Rock y Pop, en unos años dorados, tanto en lo compositivo como en lo comercial, ya que por entonces los discos se vendían por millones. Pero el mérito de George Marino no era estar en el lugar idóneo y a la hora adecuada. En aquellos estudios demostró su gusto y sapiencia musical, y puso todo su empeño para que los masters que le eran entregados sonasen todavía mejor si cabe ¡y vaya si lo consiguió!

Estos son sólo un puñado de discos en los que dejó su sello: el Black Album de Metallica, el Highway To Hell de AC/DC, el Appetite For Destruction de Guns And Roses, el Slippery When Wet de Bon Jovi, el Innervisions de Stevie Wonder, el Double Fantasy de John Lennon y Yoko Ono, el Dr. Feelgood de Mötley Crue,… y Kiss, Journey, Cheap Trick,… cientos y cientos de discos donde pudo plasmar su gran trabajo.

Siguió su carrera con otro tipo de músicas y grupos como The Offspring e incluso nacionales, como Héroes del Silencio en los 90. Ya más recientemente se ocupó de grupos superventas como Coldplay, Arctic Monkeys, o el disco The Suburbs, de Arcade Fire, con el que ganó el Grammy de 2011 al álbum del año. Tristemente el pasado mes de junio acabó perdiendo la batalla que durante varios años llevaba luchando contra un cáncer de pulmón. Puede irse muy tranquilo y orgulloso al otro mundo sabiendo el legado que ha dejado para la posteridad.

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