HUIDA Capitulo 10 (David Tello)
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HUIDA
CAPITULO 10
Jueves 4 de Diciembre de 2014.
Por fin De Guzmán me ha devuelto mi revolver. A Javi le ha dado también un arma. Una Star. Era un arma semiautomática de 9mm. Como Javi no había tenido nunca un arma de verdad también le enseño como usarla. Creo que ya confía en nosotros. Aunque aún sigue durmiendo arriba y nosotros abajo.
Hoy han vuelto a pasar los de los todo-terrenos. Cada vez que pasan traen a muchos rabiosos tras ellos. Ha sido una noche difícil, ha hecho muchísimo frío. De Guzmán nos ha insinuado que deberíamos tener muy en cuenta la posibilidad de marcharnos de allí ya que no tardaríamos demasiado en quedarnos sin agua y sin comida (tal y como yo había pensado).
Nos planteó la posibilidad de ir hasta el centro de ayuda que el ejército había ubicado en las instalaciones de Motorland en Alcañiz. Sólo estábamos a unos 70 kilómetros, aunque no teníamos vehículo y además de a los rabiosos tendríamos que evitar a los saqueadores.
Era peligroso pero era la mejor opción que teníamos. Pasamos varias horas decidiendo que seria lo mejor y como llevarlo a cabo. Finalmente decidimos seguir la carretera pero a cierta distancia .
Viajaríamos de día e intentaríamos encontrar un lugar cubierto y seguro para dormir. Hacerlo a la intemperie sería una locura con el tiempo que esta haciendo. A lo largo de la N-232 hay varios poligonos, naves y gasolineras. No debería de resultarnos difícil encontrar “alojamiento”. Intentaríamos llevarnos toda la comida y el agua que pudiésemos. También nos llevaríamos tantas armas como pudiésemos cargar.
Viernes 5 de diciembre de 2014.
Todos nos hemos despertado muy temprano. Apenas había empezado a amanecer. De nuevo el frío había sido insoportable. Esperamos a que hubiese amanecido del todo para salir.
De Guzmán era el que iba mejor equipado. Llevaba incluso la mascara anti gas con la que le vimos el primer día. Salimos y nos dirigimos directamente hacia la parte de atrás de la gasolinera.
De Guzmán abría camino, detrás suyo Javi y cerrando la fila y con un ojo en la nuca estaba yo. Javi cargaba con varias armas a la espalda. Apenas nos habíamos separado unos metros de la carretera un rabioso salió de la cuneta directo hacia nosotros.
De Guzmán lo batió con su rifle de asalto, al cual había colocado el silenciador. Tuvo que dispararle varias veces antes de que cayese. Se volvió hacia nosotros y nos pidió que cada vez que fuésemos a cruzar lo haríamos de uno en uno para no llamar la atención de los rabiosos.
Anduvimos durante varias horas, sin perder la carretera de vista. Lo cierto es que evitamos bastante bien a los rabiosos. Siempre estaban ahí, vagando por esa carretera. Algunos incluso daba la sensación de que estaban aletargados.
Paramos a comer algo y beber agua. No tardamos demasiado enseguida retomamos la marcha. Apenas debían de faltar un de horas para que empezase a anochecer, así que teníamos que empezar a pensar donde íbamos a pasar la noche.
Entonces vimos en la distancia un cartel: “EURO”. Era un conocido club de alterne de Zaragoza. Recordé que tiene garaje privado y vallado lo sabía por las veces que había pasado por delante con el coche. No sabía lo que nos podíamos encontrar allí.
David Tello