A LEER,…QUE SON DOS DIAS: Fragmentos- (David Tello)
Sin comentarios »CAPITULO 16
Pensé que el día ya había sido muy jodido hasta entonces y que no tenía ganas de que me diesen otra paliza. Así que salí como pude del coche y corrí todo lo que pude hacia los árboles del parque.
Además había mucha maleza y seguro que no me sería difícil despistar a quien quisiera que hubiera en el otro coche.
Aunque solo me costó algunos segundos llegar hasta el primer árbol pareció una eternidad. Me coloque detrás del tronco, era una secuoya bastante grande, y me asome por el otro extremo para intentar ver quien me estaba siguiendo. Solo pude ver a un hombre de espaldas mirando dentro del coche. Cuando se fue a dar la vuelta me volví a esconder por miedo a que pudiera verme.
Decidí meterme todavía más en el parque, cambiando de dirección por si acaso me estaban siguiendo. Joder, el puto coche, lo había dejado en la cuneta. ¿Cómo iba a explicarlo? Se me ocurrió llamar a la policía y denunciar que lo habían robado mientras estaba en el centro comercial. Justo entonces escuche como alguien se acercaba y me quede detrás de unos arbustos, inmóvil completamente.
Las pisadas se escuchaban al otro lado del seto DINDONDINDON!!! Mierda de tono de campanas del teléfono, casi me da un infarto. Traté de tapar el bolsillo donde llevaba el móvil pero ya era tarde, quien fuera estaba rodeando el arbusto… Solo era una pareja, que se asomo al escuchar el teléfono. Era el doctor Livingstone:
-Patrick, ¿va a venir?
-Si, si por supuesto. Ahora me dirigía hacia allí.
-Dese prisa por favor, como ya le dije es sobre Susan.
-No se preocupe, enseguida estoy allí.
-Muy bien.
¿Enseguida?, bueno, primero tenía que salir del parque y situarme. Además estaba sin coche. Lo mejor sería encontrar un taxi para ir lo más rápido posible. Seguí andando, esta vez en la misma dirección hasta que di con un pequeño sendero.
Llegue hasta una plaza que ya daba salida al parque a una calle de doble sentido, con parada de bus y boca de metro. Menos era nada, además no tenía pinta de que pasasen muchos taxis por allí. Crucé la calle y justo llegaba un autobús, era la línea 23c, que me podía dejar muy cerca de la consulta de Livingstone.
Cuando estaba justo delante de la boca del metro vi como llegaba por el fondo de la calle el coche que me había estado siguiendo.
¿Qué podía hacer? si entraba en el metro quizás los perdiese del todo, y el autobús me dejaba muy cerca de la consulta, pero me arriesgaba a que me viesen…
CONTINUARA……………
David Tello
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