El Ecozine Film Festival aterriza con éxito en el Bajo Aragón
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La décimo octava edición del Ecozine Film Festival sigue ampliando horizontes y llegó por primera vez a la Comarca del Bajo Aragón, concretamente a la localidad de Belmonte de San José. El lugar elegido para el evento fue la fantástica Casa Jardin Filou, un auténtico paraíso pensado para la creación artística. Allí no es extraño que acudan las musas a disfrutar del remanso de paz y buenas vibraciones que se respira en ese recóndito paraje a orillas del río Mezquín.
La belga Nel Vanparys, artífice de este romántico proyecto, ejerció de perfecta anfitriona del evento y se mostró agradecida y emocionada ante el éxito de acogida y asistencia de la primera (y seguro que no última) edición de este interesante festival. Y es que el espacio-taller, lugar dedicado para la creación artística, se quedó pequeño por la gran afluencia de público llegado desde diferentes localidades del Bajo Aragón.

Seis fueron los cortometrajes elegidos para proyectarse en Casa Filou. Inauguró el festival el filme galo 59 degrès, una distopía sobre los efectos del cambio climático en la que los humanos tienen que vivir en el subsuelo, porque la temperatura y la radiación del sol hacen casi imposible permanecer mucho tiempo en el exterior. En esta dramática situación, los especuladores inmobiliarios se han reinventado vendiendo diminutas plazas de garaje subterráneas donde la luz casi no llega y la temperatura es todavía soportable. Por supuesto, la falta de escrúpulos de estas empresas es todavía más brutal que en la actualidad y con ello deja entrever una crítica al egoísmo del ser humano.
A continuación, el documental Adidas owns the reality dejó a los espectadores un sentimiento de irresponsabilidad ante el consumo. Es decir, cualquiera de nosotros puede decidir, qué ropa comprar, pero pocas veces nos paramos a pensar, al pagar el alto precio de la marca, en las condiciones laborales que sufren los trabajadores que fabrican el producto. De un tiempo a esta parte, muchas grandes marcas han recurrido a talleres textiles de países como Camboya, Vietnam, India, China e Indonesia, algo que podemos observar en las etiquetas de origen de la prenda. Muy de vez en cuando, vemos alguna noticia sobre tragedias, en forma de incendio o derrumbamiento de empresas textiles en malas condiciones en esos países. Pero aún así, pocas veces cambiamos nuestra forma de comprar y nos acabamos rindiendo al influjo de las grandes campañas publicitarias de estas marcas que cuentan con el reclamo de deportistas o artistas famosos.

Pues bien, varios grupos de activistas relacionados con el mundo del diseño y de la moda aprovecharon la Semana de la Moda de Berlín para hacer una campaña fake de Adidas. Suplantando a los publicistas de la marca alemana, idearon una farsa para denunciar las lamentables condiciones laborales de los trabajadores de empresas que confeccionan para Adidas. La broma estuvo tan bien ideada que pasó el filtro de Adidas, y dejó desconcertados a los espectadores del desfile, que no sabían realmente lo que estaba pasando allí. Todo este puñetazo en la cara al sector de las grandes marcas en general y Adidas en particular, está reflejado en este documental, que es todo un símbolo de cómo el activismo puede llegar a denunciar injusticias, incluso dentro del engranaje de las grandes corporaciones. En este caso, además de con inteligencia, lo hicieron de manera irónica y mordaz. Curiosamente, fue el único cortometraje que al finalizar no recibió aplausos por parte del público, pero a su vez fue el que más dio que hablar entre los asistentes.
La producción española Listen to the poles:Antarctica fue, sin duda, el espectáculo más visual y por supuesto auditivo, que se pudo ver en el festival. Basándose en los sonidos de los ecosistemas del Ártico y el Antártico y de unas impresionantes imágenes de esos (por desgracia, cada vez menos) helados paisajes, vamos escuchando los sonidos de la naturaleza, el océano, el viento, los deshielos, los animales:ballenas, morsas, pingüinos…, incluso la actividad humana en forma de cargueros. Todo ello nos muestra una naturaleza salvaje que va mutando irremediablemente con el cambio climático. Esos sonidos nos indican que aún hay esperanza, pero que si no actuamos cuanto antes dejarán de escucharse. Y un planeta sin sonidos es un planeta muerto.
El documental belga Quand les hirondelles s´ en vont juega con la historia real de Fernand y Andrée, una pareja de ganaderos que, a sus 80 años, viven solos en su pequeña granja y van teniendo que ir vendiendo sus animales por no poder cuidarlos. Esta historia, es, por desgracia, un epitafio del fin de las pequeñas explotaciones ganaderas. Representa a una de las pocas que han resistido a las grandes cooperativas o macrogranjas que dominan ahora el mercado de los lácteos o la carne. En el documental se introduce como parte de ficción a un niño, que simboliza a la generación que tiene que tomar el relevo de sus mayores en el campo, pero el propio Fernand le dice al niño que no vuelva a ayudar a la granja. El granjero no ve futuro, ni tampoco quiere que el niño vea cómo tiene que desprenderse de sus animales que con tanto cariño y esfuerzo ha ido cuidando durante toda su vida. Este tipo de ganadería ya no volverá, por suerte nos quedan las pequeñas explotaciones artesanales y ecológicas que mantienen esa esencia, y que con mucho esfuerzo intentan sobrevivir. Apoyémosles comprando sus productos.

Proyección del cortometraje
«La forêt des abeilles «/ Fotografía: Miguel Conesa
La organización decidió cambiar con buen criterio el orden de los dos últimos cortos. The veiled city, que iba a cerrar el festival, se proyectó en penúltimo lugar. La producción británica fue sin duda la más desasosegante de la tarde, y no era cuestión de acabar con el corazón tan encogido este novedoso evento. No sé si será por mi condición de cinéfilo, el caso es que este cortometraje fue el que más me gustó. Tanto el tratamiento de las imágenes, como su montaje y la fenomenal música orquestal creada como banda sonora, me transportaron a esos grises años del Londres de mitades del siglo XX. El documental utiliza imágenes de archivo de los cinco días de diciembre de 1952 en los que Londres se cubrió de una espeluznante niebla provocada por la contaminación que dejó miles de muertos, nunca se supo realmente cuántos porque el gobierno trató de ocultar información. Estas imágenes de archivo se mezclan con otras de aquella época que reflejan la dura vida en la mina, o las condiciones de los niños en los barrios pobres. El resultado es impactante y nos hace reflexionar sobre lo poco que aprendemos los seres humanos de nuestros errores; seguimos cometiendo los mismos.
Para finalizar con un buen sabor de boca, en este caso a miel, se proyectó el cortometraje de animación francés La forêt des abeilles, en el que se nos muestra a través de historias y leyendas el transcurrir de las abejas desde el origen de nuestro planeta hasta nuestros días. Una educativa propuesta que parece orientada para proyectarse en las aulas. No fue menos educativo el video creado para proyectarse en las visitas de la Nevera de Belmonte de San José, presentado como bonus track a los asistentes por el alcalde del pueblo, el siempre activo en temas culturales Alberto Bayod. Así que, después de conocer el origen de las neveras medievales en general, y de Belmonte de San José en particular, los asistentes al evento fuimos agasajados con unas plantas, que se quedaron cortas ante tan afluencia, para pasar posteriormente al pop-up bar de Casa Filou donde la anfitriona nos obsequió con un aperitivo que algunos pudimos disfrutar desde el jardín mientras veíamos el anochecer en el horizonte.

En definitiva, el Ecozine Film Festival llega para quedarse. Su mensaje de educar, concienciar y crear un espacio de reflexión que nos ayude a avanzar hacia un futuro ecológico y sostenible se ratificó el pasado fin de semana en Belmonte de San José.
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Temas: Bellmonte de San José, Casa Filou, CINE, Cortometrajes, Ecozine Film Festival, Nel Vanparys



