HUIDA Capitulo 21 (David Tello)
Sin comentarios »SECCIÓN: A LEER, QUE SON DOS DÍAS.
HUIDA
Capítulo 21
Martes 21 de Diciembre de 2014.
Nada más empezar a escuchar los ruidos apuntamos con las armas en todas direcciones. Empezamos a avanzar muy despacio, tratando de no hacer ruido. Nos dirigimos hacia la derecha, hacia la zona en la que habíamos visto la sabana. Los ruidos no venían de un solo sitio. De repente, en el fondo del pasillo por el que no habíamos ido pudimos distinguir varias siluetas. Eran pequeñas. Al dar el siguiente paso Javi arrastro un poco el pie, haciendo un pequeño chirrido entre la suela de la zapatilla y el suelo. Aquellas pequeñas figuras empezaron a avanzar hacia nosotros, gimiendo y avanzando cada vez mas rápido. Enseguida pudimos verlos bien, eran niños, pero rabiosos. De Guzmán abrió la puerta que estaba a nuestra altura.
Era un aula. Dentro había tres de aquellos niños rabiosos, y De Guzmán no dudo en dispararles cuando intentaron abalanzarse sobre nosotros. Atravesamos la clase. Cuando estábamos a mitad de esta empezaron a entrar en ella los que habíamos visto en el pasillo. Yo también empecé a disparar con mi revolver. A pesar de que solo eran niños, la mayoría de apenas siete u ocho años, no tenia ningún tipo de escrúpulo que me impidiese hacerlo. Sabía que dentro de ellos ya no quedaba nada humano. Aún seguían entrando más.
El aula ya estaba llena de cadáveres y la pizarra de color verde había quedado teñida de color púrpura de la sangre infectada de aquellos niños. Al final de la clase había otra puerta que daba al mismo pasillo por el que habíamos entrado allí.
Cuando salimos nos encontramos con un pasillo infestado de mini-rabiosos, seguramente atraídos por el ruido de los disparos. Ya no podíamos salir por donde habíamos entrado así que continuamos hasta el fondo del pasillo. Había una gran puerta. Intentamos abrirla pero estaba cerrada. Varias decenas de rabiosos venían hacia nosotros. No teníamos salida, así que empezamos a vaciar toda la munición que teníamos. Poco a poco los “niños-rata” iban ganando metros. Cuando empezaba a pensar que íbamos a morir allí las puertas se abrieron.
David Tello