CRITICA DEL CONCIERTO DE 091

El TROTABOLOS : Concierto de 091 – Gira Maniobra de Resurrección – Logroño.

AÑO CERO

MARACENA , 18 de mayo de 1996 – LOGROÑO, 3 de enero de 2016

20 años, 20 años no son nada como dijo aquel, 20 años desde que uno de los mejores y más personales grupos de rock de este nuestro querido/odiado pedazo de tierra dejó el negocio y se autoexilió al olvido. “Donde acaban los sueños” empezó el mío, ya que descubrí a 091 (“a los cero”) años después de ese 1996, y descubrí a Lapido, y me empapé de él, y con eso tenía suficiente, … o no.

La noche del 3 de enero todo volvió al sitio en que lo dejaron, con esos 20 de años de diferencia, que han dejado huella en el físico (menos de lo que cabría suponer) de estos granadinos, pero que en la actitud y en el sonido sigue sonando tan bien como entonces, con pequeñas variaciones en algunas canciones, pocas pero muy acertadas.

El repertorio está basado en su último concierto de Maracena, el del 96, lo que da garantías de disfrutar de principio a fin. Lógicamente todos tenemos algún tema más o menos escondido en su discografía que nos gustaría oír, pero eso siempre sucede en cualquier concierto. Es posible, que en las próximas actuaciones haya variaciones y que incorporen sorpresas, pero para el poco tiempo que han ensayado (he podido leer en una entrevista que hasta septiembre no se pusieron en serio) el resultado es muy notable.

El sonido del palacio de los deportes es todo lo bueno, o todo lo malo, de lo que se puede esperar para ser un recinto deportivo. Ante la disyuntiva de elegir un buen puesto en primera fila y vivir y ver el concierto de cerca, o más atrás, o incluso en grada (pecado mortal) para disfrutar más el sonido, elegimos la primera opción. Para un miope como yo, el estar cerca y ver a Víctor y a su hermano hacer los solos con esa cara, como si cada punteo les saliera desde lo más profundo de su alma, no tiene absolutamente ningún precio.

Con el paso de los temas los técnicos le van cogiendo el tino al sonido, y la voz de José Antonio (y su armónica) por fin suena rotunda, al igual que el bajo. El bajista, Jacinto Ríos, es uno de los que más se ha apartado de la música estos años, pero no lo parece ya que desprende energía y es capaz el sólo de llenar el escenario. Detrás de todos ellos, serio, vigilando, controlando que toda vaya por el camino que tiene que ir, se encuentra Tacho, como siempre en toda la trayectoria del grupo.

Les preguntarán si este reencuentro seguirá más allá de este año, si hay “feeling” entre ellos, si sacarán nuevas canciones bajo el sello 091, si habrá disco conmemorativo en directo de la gira, . . . todo esto es secundario ya que la verdadera bendición es haber tenido esta oportunidad. Lo diré en plural: oportunidades, porque esta “tormenta imaginaria” no ha hecho más que empezar, y que este es su tiempo, “este es nuestro tiempo”, el tiempo de los cero.

Rovi Ramone

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