A LEER,…QUE SON DOS DIAS: HUIDA Capitulo 5 (David Tello)

Sin comentarios »

Miércoles 26 de Noviembre de 2014

Hoy me ha costado dormir. Estaba nervioso.
A las 05:00 ya estaba levantado y he empezado a preparar la mochila. Un par de botellas de agua, el saco de dormir, un chubasquero, el ajedrez electrónico y un paquete de macarrones empezado que me quedaba. Después me he preparado el desayuno con la poca comida perecedera que tenia en la nevera.

A las 08:00 en punto he hablado con Javi, como habíamos acordado. Estaba mas nervioso que yo. No se le ha ocurrido que podíamos hacer para salir de allí. Yo le he explicado que ya que los rabiosos respondían al sonido, podíamos aprovecharlo para crearles una distracción. Seguramente no seria el mejor plan del mundo, pero había que intentarlo.

Yo iba a lanzar unas cuantas cacerolas por el patio de luces para tratar de hacer el máximo ruido posible, eso los atraería y yo aprovecharía para salir y subir en el ascensor. Dejaría programado el equipo de música para que empezase a sonar a todo volumen. Eso debería de llevar a los rabiosos hacia el interior de mi piso. Momento en el que bajaría hasta el 5º piso para que subiese Javi y de ahí al parking, donde dejaríamos el ascensor bloqueado.

Además para acceder a este por la escalera hay dos puertas cerradas con llave que deberían impedir que los rabiosos accediesen, dándonos tiempo a subir a mi coche y salir de allí, suponiendo que nos encontremos alguna sorpresa ahí abajo. Una vez en el coche ya decidiríamos hacia donde ir. A Javi le ha parecido bien.

He tratado de tranquilizarle diciéndole que no se preocupase, que todo iba a salir bien. Le he dicho que se preparase y estuviese muy atento. Nada mas caer las cacerolas han hecho un ruido terrible, me he acercado a la puerta y podía oír como los rabiosos bajaban rápidamente las escaleras. He esperado unos segundos para asegurarme que estaban unos cuantos pisos mas abajo, he encendido la cadena de música poniendo 30 segundos de retardo y he salido al rellano.

He pulsado para que subiese el ascensor. Cada uno de esos 30 segundos me ha parecido una hora. Me he debido de asomar al menos cuatro veces a la escalera para asegurarme que no subía ningún rabioso. Una décima antes de que se abriese ha empezado a sonar el equipo de música a todo volumen. Casi se me sale el corazón. Ya no había marcha atrás.

He entrado todo lo rápido que he podido en el ascensor y he cerrado la puerta. Cuando he notado que ya estaban llegando por las escaleras he pulsado el 5º piso. He sacado el revolver, no sabia que me iba a encontrar cuando se abriese la puerta. Todo iba según lo previsto. Nada mas abrirse Javi ha salido de su piso.

Buen chico, había estado atento como le dije. Ha cruzado rápido. Cuando estaba entrando en el ascensor ha salido de la nada un rabioso y lo ha agarrado por la espalda. Lo ha intentado morder, aunque por suerte los mordiscos se los ha llevado la mochila. No podía disparar, si lo hacia tal vez matase a Javi, ademas atraería rápidamente al resto de rabiosos.

Me di cuenta que el muy cabrón tenia una especie de cojera, tal vez por eso estaba allí y no había subido como el resto de rabiosos. Tenia los dientes ensangrentados, y por la barbilla le resbalaba un hilo de sangre. Me fije en sus ojos, tenia la mirada vacía. Al mismo tiempo que intentaba seguir mordiendo empezó a gritar y a bracear. Trate de hacer que soltase a Javi pero no hubo forma.

Empecé a escuchar como algún rabioso mas empezaba a bajar y no lo dude pulse el botón del parking, agarré a Javi por el pecho, y de un tirón metí a los dos en el ascensor. Cayeron al suelo y se cerro la puerta del ascensor. Mientras este empezaba a bajar le puse la rodilla en el cuello para evitar que mordiese y empece a golpearle con la culata del revolver una y otra vez. Todo el ascensor se tiño de sangre. Por fin le soltó, aunque yo seguía golpeando.

Cuando se detuvo el ascensor y deje de golpearle, vi que le había reventado la mitad de la cabeza. Salimos al rellano y dejamos el cuerpo de aquel pobre diablo cruzado en la puerta para asegurarnos que se quedaba en esa planta el ascensor. El chaval estaba temblando. Le pregunte si estaba bien, si le había mordido o herido. Me dijo que no. Le apunte con mi revolver y le pedí que se quitase la parte de arriba de la ropa, que no me lo tuviese en cuenta, pero que tenia que estar seguro.

Una vez que me asegure, yo hice lo propio para que viese que a mi tampoco me había mordido y pudiese confiar en mi. Estábamos los dos empapados en sangre. Quizás hubiésemos firmado nuestra sentencia de muerte, no sabíamos si podíamos estar contagiados, pero debíamos seguir adelante. Nos lavamos un poco con una toma de agua que hay en el garaje para la señora de la limpieza.

Al pasar donde se encuentran los aparcamientos se me vino el mundo encima. Había un todo terreno empotrado contra mi coche. Le pedí a Javi que se pusiera detrás mio y me acerque apuntando al todoterreno. Tenia la puerta del conductor abierta pero dentro no había nadie. Empujamos para separarlo un poco de mi coche e intentar arrancarlo. No hubo forma. Le dije a Javi que tendríamos que tratar de huir a pie, no nos quedaba otra opción.

Entonces se le ocurrió que quizás, el que habíamos dejado atrancando la puerta del ascensor tuviese coche. Fuimos rápidamente y empezamos a registrarlo. Fue asqueroso. Tenia la cabeza, o al menos lo quedaba de ella, en mitad de un charco de sangre, con parte del cerebro colgando. Ademas, de vez en cuando le daban espasmos en todo el cuerpo.

Share

Deja un comentario