A LEER,…QUE SON DOS DIAS: Fragmentos- (David Tello)

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CAPITULO 3

Andrew tiene un Ford Mustang del 68, una obra de arte de su época. Es de color rojo, muy llamativo. Lo tiene perfectamente cuidado, al mínimo detalle. Lo limpia diariamente, casi me atrevería a decir que de forma obsesiva. Es el tipo de coche con el que sueña un adolescente, solo que mi hermano ya no lo es. Me dijo que íbamos a ir a un pub que le gusta mucho, el “DOWNTOWN”.
Salimos de Mc Pherson Square, pasamos junto a la iglesia de St. John´s, atravesamos el parque Lafayette hasta llegar a la avenida Pennsylvania, luego continuamos hasta la 9ª y empezamos a bajar por ella. A esas horas el tráfico esta imposible. Y Andrew seguía a lo suyo:
– ¿Así que realmente no recuerdas nada?
– Ya te he dicho mil veces que no…
– Vale, vale, tranquilo. Te voy a llevar al sitio en el que tienen la mejor cerveza de todo Washington (sonrió levemente). Pero primero tengo que pasar a ver a alguien.

Atravesamos una amplia zona residencial hasta desembocar en Water Street, junto al canal. Nos detuvimos al llegar al Capitol Yatch Club. Es el típico club náutico, para gente adinerada y de muy alto nivel social. Nada más entrar, uno de los camareros nos acompaño hasta un guarda ropa del cual saco dos americanas y dos corbatas color vino con el escudo del club bordado en la solapa.
– Por favor pónganselas, es norma de la casa… ah, y acompáñenme, el señor Torini les está esperando.
Me quede mirando a mi hermano, no creo que este sea el tipo de lugares que frecuenta él, además estaba visiblemente nervioso. Recorrimos un amplio salón lleno de hombres hablando, algunos casi discutiendo entre el humo de sus puros. Al final de la sala nos detuvimos junto a una mesa y mi hermano se giro hacia mí:
– Espera aquí, será breve.
Se volvió a girar hacia la mesa. Dos de los tres ocupantes de la mesa se levantaron, el que quedo sentado era bastante corpulento, con la cabeza afeitada, aunque se distinguía perfectamente donde empezaba esta debido a las arrugas de su frente. Tenía los ojos marrones, muy oscuros, acompañados de una mirada penetrante. Sostenía en sus manos una enorme copa de coñac. Vestía un traje de seda natural en azul marino (solo el traje debía de costar mi sueldo de todo un año), una camisa en un tono más claro de azul, corbata roja y lo que sería deleite en una pasarela de moda, unos zapatos de color ROJO. ¿Qué diablos tendría que ver mi hermano con ese tal..Torini?.
Primero me miro a mí, luego saludo a mi hermano:
– Andrew, Andrew, ya veo que recibiste el mensaje. Espero que te vaya mejor que hace dos semanas, aunque a juzgar por lo que veo creo que sí.
Andrew le interrumpió
– Señor Torini, voy a necesitar un poco más de tiempo… solo unos días más, mi herm…
Se volvió hacia mí.
– Pat, por favor, acércate a pedir algo de beber. (Por alguna razón no quería que escuchase el resto de la conversación)
– No, mejor te espero fuera.
Salí de allí intentado adivinar qué estaba pasando y qué tenía que ver conmigo. Al dejar la americana y la corbata me di cuenta que uno de los tipos que estaba sentado al principio en la mesa me observaba. Me apresuré a salir de allí y me senté en el coche a esperar. Entonces a través de una de las ventanas del club pude ver cómo se levantaba Torini, LLEVABA UN ARMA bajo la chaqueta. Un recuerdo invadió mi mente…

FRAGMENTO

– ¡SERÁN HIJOS DE PUTA! Me están disparando… Tengo que salir de aquí cómo sea, piensa Pat, piensa. (el sonido de las balas seguía sonando a mi alrededor). ¡JODER, JODER, JODER! no pienses corre hacia el coche.
Salí corriendo hacia mi coche y me protegí tras él, mientras intentaba abrirlo. Subí y me arrastré hasta el volante… el cristal de la ventanilla estalló en mil pedazos. Por un momento creí que me habían dado. Cogí aire y puse el coche en marcha. Varios disparos más alcanzaron al vehículo mientras conseguía salir de aquel almacén. Miré por el retrovisor y aún seguían disparándome. Vi que no me seguían y aflojé un poco; 25th Street, giré a la derecha por Bladesburg Road hasta la Avenida Montana a la altura del cementerio Oliver y continué por West Virginia hasta entrar en Gallaudet College. Me detuve en el parking de alumnos y empecé a pensar en la situación. Acabo de robar 10, 000,000 $, alguien nos la ha jugado a mi hermano y mí porque la droga no estaba. Han matado a Norman y casi lo consiguen conmigo. No tengo dudas que lo seguirán intentando a menos que consigan el dinero o la droga. Intento pensar pero no puedo, todavía tengo en mi cabeza el sonido de las balas pasándome alrededor. Decidí que por el momento sería mejor esconderlo y no decírselo a nadie, no sé de quién me puedo fiar.
– (toc, toc) Perdone, (un guarda del colegio está tocando en el cristal del coche), si no tiene autorización del colegio no puede aparcar aquí.
– ¡Eh!. Sí, sí, claro, lo siento. (Creí que el corazón me iba a estallar.)
Volví a arrancar sin saber muy bien qué dirección tomar. De repente se me ocurrió el lugar perfecto para esconder el dinero… En esos momentos todavía no imaginaba en qué clase de lio estaba metido.
Por la noche regresé a casa. Susan aún no había llegado. Mejor, pensé. Decidí darme una ducha. Necesitaba olvidar por un momento todo lo que había pasado esa tarde. No sabía si los tipos del almacén habían conseguido ver mi matrícula. Si era así, no tardarían mucho en dar conmigo.
Cuando ya me encontraba dentro del baño escuché un ruido en el apartamento. Salí despacio y me puse el mosquetón en el que llevo las llaves en el puño. Me coloqué detrás de la puerta del comedor, otra vez no, pensé, ¡YA HABÍA SIDO SUFICIENTE POR HOY! Escuché los pasos, parece que sólo había una persona. Quien fuera se estaba dirigiendo hacia donde me encontraba. Mi ritmo cardiaco se aceleraba por segundos. En el momento en el que se disponía a travesar la puerta me abalancé sobre él con intención de golpearle…
– ¡Pat! ¡Soy yo!
Mierda, casi golpeé a mi hermano.

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Un comentario a “A LEER,…QUE SON DOS DIAS: Fragmentos- (David Tello)”

  1. kojonesrojillos Dice:
    enero 10th, 2012

    ¡Vaya sorpresa!,así que el protagonista de la novela es un traficante que vive al margen de la ley,esto empieza a adquirír tintes Tarantinianos,espero atento al próximo capítulo para ver si se soluciona el embrollo,o por el contrario se complican más las cosas,(me da que la segunda opción es la más fiable).

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